Piñera se reunió en un hotel de Santiago con la junta directiva de la Unión de Partidos Latino Americanos, partidos de extrema derecha e influye en centenares de medios escritos y audiovisuales.
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Ernesto Carmona | Argenpress | Miercoles, 30.12.2009 a las 15:18
Foto: Chile – Sebastián Piñera y José María Aznar. / Autor: FAES
Analizando políticas internas e internacionales, la izquierda chilena encara con pragmatismo el dilema de la segunda vuelta del 17 de enero: Eduardo Frei representa el “mal menor” ante el neo-pinochetista Sebastián Piñera, cuyo discurso disfrazado ahora de “progresismo” promete más gasto social del Estado; en el fondo, continuar con las políticas sociales de Michelle Bachelet pero “mejoradas”.
Para alinear a un más amplio espectro social tras la minoría más rica de la sociedad –cuya fe pinochetista no merece dudas–, Piñera copió la engañosa propaganda de Obama “We can change” (Podemos el cambio) adoptando “Súmate al cambio” como slogan del “pinochetismo sin Pinochet”. En el fondo, el candidato de derecha representa al pinochetismo reciclado como “demócrata” para el juego electoral a través de los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN).
Desde que comenzó a diluirse la dictadura, en 20 años de “transición” en que aún rigen la Constitución de 1980 y el retorcido sistema binominal de elecciones, los “cambios” de Piñera intensificarían el neoliberalismo, traerían más represión a los trabajadores, una guerra frontal a los mapuches y, entre otros efectos cotidianos, el regreso a la TV de los ayudantes civiles de la dictadura militar entronizados hoy en el Congreso, más las caras jóvenes de una extrema derecha que no ha ganado una elección popular desde 1958.
Diferentes sectores de la izquierda están pronunciándose por Frei. El ex presidente tiene el apoyo del Partido Comunista y de los socialistas disidentes e izquierdistas independientes que se alinearon tras la candidatura de Jorge Arrate y ahora está conquistando a los votantes izquierdistas de Marco Enríquez-Ominami (ME-O).
La postulación ME-O tuvo una impronta transversal poli-clasista, con propuestas de izquierda matizadas con formulaciones privatizadoras de las tres empresas públicas sobrevivientes de voceros cercanos, como el economista Paul Fontaine, quien terminó trasladándose al comando de Piñera. La candidatura, empero, criticó el sistema partidario cupular de dos décadas implantado por la Concertación de Partidos por la Democracia, que agrupa los partidos Por la Democracia (PPD), Demócrata Cristiano (PDC), Socialista (PS) y Radical Social Demócrata (PRSD).
Mientras ME-O recorría el país agradeciendo a sus electores y esperando la renuncia de los jefes de los partidos, algunos de sus seguidores formulaban exigencias programáticas a Frei, desde el regreso total de la educación primaria y media a la responsabilidad pública (Estado docente) y el aumento a 8% del royalty a las compañías privadas –chilenas y extranjeras– que lucran con el cobre sin pagar regalías. En rigor todavía no hay un pronunciamiento tajante del propio joven ex candidato.
Ante la emergencia de un eventual gobierno del “pinochetismo sin Pinochet”, la revista izquierdista independiente Punto Final, por ejemplo, llamó descarnadamente a “votar hasta que duela”, caracterizando a “Chile entre la espada y la pared” y apeló a la célebre frase del escritor y periodista estadounidense Christopher Morley: “En política siempre debemos optar entre dos males”.
Las cifras gruesas de la primera vuelta dieron 44% a Piñera, 29,6% a Frei, 6,2% a Arrate y 20,1% a Enríquez-Ominami, 2,76% de votos nulos y 1,17% en blanco. Aunque los candidatos no puedan manejar sus votos como a un rebaño, la suma de Frei, ME-O y Arrate da 55,9%. Las encuestas dijeron que un tercio de los votos de ME-O se irían con Piñera y en tal caso, el resultado final sería 50,6% Piñera y 49,41% Frei. Pero hay un enigma con la diferencia de 12,8% de votantes registrados en el padrón que no concurrieron a las urnas, algunos excusándose, en un gesto que técnicamente equivale a la abstención. Y también resulta atractivo el 4% de votos anulados o en blanco. Más allá de los cantos de victoria de Piñera, lo cierto es que en la primera vuelta de 2005 los dos candidatos del “pinochetismo sin Pinochet” (Joaquín Lavín y Piñera) reunieron más de 48,6%. El resultado final dará una ventaja estrecha a quien resulte ganador.
Efecto en política exterior
La política exterior de un eventual gobierno de Piñera abandonaría la tibieza pro-estadounidense de los últimos 20 años y embarcaría de frente a Chile en la agresiva punta de lanza continental introducida por EEUU con el eje Colombia, Honduras y Perú, mientras el país del norte fortalece las obligaciones militares de la letra chica del tratado con Canadá y México (NAFTA), que es más que una simple alianza de comercio (1).
Piñera buscará sepultar el propósito original de Unasur, la Unión de Naciones Sudamericanas, e intensificará la labor de zapa iniciada por EEUU con el golpe en Honduras, a la vez que intensificará el olor a pólvora y a guerra en la región. El millonario chileno estrechará más aún sus lazos con el gobernante de Colombia Álvaro Uribe, que sembró en su país siete bases militares estratégicas estadounidenses que amenazan de preferencia a Venezuela, pero también al resto del continente y, en definitiva, a todo el mundo.
Uribe todavía no renuncia definitivamente a la reelección en mayo de 2010. Y hay sectores de EEUU que presionan para que se diferencie de los presidentes reelegidos más estigmatizados de la región, como Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. El editorial del Washington Post del 15 de diciembre “El deber de un Presidente: ¿Por qué Álvaro Uribe de Colombia debe renunciar a un tercer período presidencial?” recomendó que por favor descarte un tercer mandato:
“…Gane o pierda [Uribe], se corre el riesgo de perturbar gravemente la campaña presidencial y crea enormes dificultad para los seguidores de Uribe para encontrar otro candidato antes de las elecciones… En cualquier caso, uno de los mejores presidentes de Colombia está poniendo en peligro su legado así como la causa de la democracia liberal en la región. Es hora de que Uribe haga un último gran servicio a su país y descarte un tercer mandato», aseguró el diario de Washington (2).
Hermandad oligárquica Chile-Colombia
Aunque todavía no cuaje oficialmente la tercera postulación de Uribe, el candidato sustituto ya está listo para saltar al ruedo. José Manuel Santos, el ex ministro de Defensa, que aspira a ser ungido por los partidos colombianos Conservador y Social de Unidad Nacional, envió a Chile a tres expertos que en octubre estudiaron en dos días sus tácticas electorales y lo acompañaron a un mitin cerca de Santiago: los economistas Juan Carlos Echeverry y Tomás González, y el abogado Santiago Rojas. (3)
Echeverry, a cargo del área programática, González, responsable de las encuestas de campaña, y Rojas, gerente del comando, explicaron su aprendizaje por la cercanía ideológica de los candidatos. Piñera visitó Colombia en julio de 2008 y viajó con Uribe y Santos en el avión presidencial, según una foto EFE (3) que muestra a los tres consultando un mapa desplegado por un oficial, probablemente mientras supervisaban operaciones militares. En ese viaje Piñera recibió el paquete de información “clasificada” que dio origen al infundio de la “infiltración FARC” en el entorno de Bachelet en La Moneda, un vergonzante episodio de “inteligencia” ya olvidado, pero no por sus víctimas, entre ellas el periodista Hugo Guzmán Rambaldi (4).
Cónclave UPLA
Los síntomas del cambio en la política internacional ya están a la vista: el mismo día de las elecciones en primera vuelta (13 de diciembre), Piñera se reunió en un hotel de Santiago con la junta directiva de la Unión de Partidos Latino Americanos (UPLA), la internacional reaccionaria que preside el chileno Jovino Novoa, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), también presidente del Senado y ex subsecretario (viceministro) de Interior de Pinochet, una de las jefaturas de la represión del Estado durante la dictadura.
La UPLA agrupa a una veintena de partidos de extrema derecha e influye en centenares de medios escritos y audiovisuales (5) en su empeño por encontrar una fórmula mágica para contrarrestar las simpatías que provocan en América Latina los gobiernos izquierdistas de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua y otros, así como el liderazgo que proyectan Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y otros presidentes, cuya popularidad crece a pesar de los estigmas que dispersan a diario los grandes medios informativos.
La internacional de derecha compite por captar clientes con la Organización Demócrata Cristiana Americana (ODCA), que posee 30 partidos afiliados y 5 observadores. En la región existen dos internacionales de derecha y ninguna de izquierda.
Perfil de la UPLA
La política exterior del neo pinochetismo aspira a detener los procesos políticos latinoamericanos que buscan un reencuentro con las raíces populares contrario a los intereses estadounidenses. El mismo día de la primera vuelta (13 de diciembre) el abanderado del “pinochetismo sin Pinochet”, Sebastián Piñera, se reunió con la cúpula de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA), que celebró un cónclave en Santiago y actuó como «observadora» en los comicios. Se espera una verdadera avalancha de “veedores” de la UPLA en la segunda vuelta del 17 de enero, que también vienen a “aprender” las tácticas verborreicas del pinochetismo reciclado en la Unión Demócrata Independiente UDI) y Renovación Nacional (RN).
La UPLA, que procura captar la clientela reaccionaria de la Organización Demócrata Cristiana (ODCA), trasladó a Chile a personajes derechistas como Armando Calderón Sol, ex jefe de estado de El Salvador (1994-1999) y presidente honorario de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el partido de extrema derecha derrotado en los comicios que en marzo de 2009 eligieron a Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Al encuentro asistió, además, Azalia Avilés, vicepresidenta de la UPLA y dirigenta del Partido Conservador de Nicaragua.
También participó discretamente el ex alcalde de Río de Janeiro César Maia, un prospecto de la derecha brasilera más conservadora, que tuvo un pasado como militante del Partido Comunista Brasilero (PCB) en los años 60 y cuyo historial evoca la trayectoria de Carlos Lacerda, el gobernador del estado Guanabara (Río de Janeiro) que en 1960-1965 impuso el exterminio físico de los mendigos cariocas. Maia vivió en Chile en los años 60 como exiliado de la dictadura militar que derribó a Joao Goulart (1961-1964), al igual que el ex presidente social demócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2003).
Maia hoy es figura relevante del derechista partido Demócratas de Brasil (DEM), una tienda corroída por la corrupción que debió cambiar su anterior nombre de Partido Frente Liberal. Los cambios de marca son una constante en el partido de Maia, quien perdió la alcaldía de Río después de manejarla -directa o indirectamente- durante 16 años
Modelo de Partido UPLA
El historial del partido de Maia ilustra cómo se reciclan y reproducen en “el juego democrático” los partidarios de las dictaduras, tal como ocurrió en España con la conversión del franquismo en Partido Popular, la tienda de José María Aznar, y el reciclaje del pinochetismo chileno en dos partidos hermanos pero con rivalidades, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el Partido Renovación Nacional (RN), de Sebastián Piñera.
A comienzos de diciembre de 2009, el gobernador DEM del Distrito Federal de Brasilia, José Roberto Arruda, se desafilió del partido acusado de corrupción. Así, la tienda perdió el único cargo ejecutivo que le quedaba, aunque en la alcaldía de Sao Paulo fue reelegido en 2008 su militante Paulo Gilberto Kassab, pero el control real lo ejercen sus aliados del partido de Partido Social Democracia de Brasil, o sea, la tienda de Cardoso.
El partido de Maia nació en 1966 como Alianza Renovadora Nacional (Arena), nombre casi idéntico al de Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el partido de derecha que gobernó 20 años en El Salvador (1989-2009), fundado en los años 80 por Roberto d’Aubuisson, jefe de escuadrones de la muerte. Hoy la tienda está en crisis por la derrota electoral y la expulsión de sus filas del ex presidente Elías Antonio Saca, acusado de facilitar la derrota en las elecciones.
Al amparo del bipartidismo militar -similar al que Chile heredó de Pinochet-, Arena de Brasil asumió la representación de la derecha subordinada a los generales y en 1970 llegó a proclamarse «el mayor partido político de occidente», con más de 70% ciento de los diputados y 41 de 44 bancas de senadores disputadas ese año. En la posterior “transición hacia la democracia” (1980-1985) y para que la gente olvidara –o definitivamente, dejar en la ignorancia a los más jóvenes- que colaboró con la dictadura militar, pasó a llamarse Partido Demócrata Social (PDS), que suena casi igual a Partido Social Democracia de Brasil, la tienda del ex presidente Cardoso.
En 1985 participó en la elección indirecta del presidente Tancredo Neves, pero esta vez contra el deseo de los militares, y cambió de nuevo su nombre a Partido del Frente Liberal (PFL), que colaboró con los gobiernos de José Sarney, Fernando Collor e Itamar Franco y fue el principal aliado de los socialdemócratas tras la elección de Cardoso en 1994, en cuyo gobierno ocupó la vicepresidencia a través de Marco Maciel.
La derrota socialdemócrata de 2002 arrastró a su aliado que perdió así la oportunidad de asociarse al poder emergente representado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Encogido y desteñido, el PFL perdió sus figuras más conocidas como el ex senador y ex gobernador de Bahía Antonio Carlos Magalhaes, y en 2007 adoptó el nombre “moderno” de Democráticos (DEM). (6)
Junto con la alcaldía carioca, César Maia perdió su prestigio político nacional en la elección de 2008, pero se apresta a disputar un cargo de senador por Río de Janeiro en las elecciones parlamentarias y presidenciales de octubre 2010, con pocas posibilidades según las encuestas. Sin embargo, no pierde el optimismo: “Volveremos a disputar la hegemonía en el Senado, a partir de una bancada de por lo menos 13 senadores, y ampliaremos nuestra representación en la Cámara, donde llegaremos a los 70 diputados”, afirmó.
En octubre también se disputa la presidencia de Brasil. La derecha lleva como candidato al actual gobernador del estado de Sao Paulo, José Serra, del Partido de Social Democracia de Brasil. Como ha ocurrido en Chile con Michelle Bachelet y Eduardo Frei, Lula no ha podido transferir su 80% de aceptación a su propia candidata, Dilma Rousseff, secretaria general de su gobierno, quien garantizaría la continuidad de su obra de gobierno.
Realidad UPLA
La UPLA se esfuerza por captar una clientela parecida a la que afilia la Organización Demócrata Cristiana Americana (ODCA), en un continente en que no existe ninguna internacional de la izquierda. La Unión, que reúne escasamente a una veintena de organizaciones como miembros efectivos u observadores, tiene como “observadores” argentinos a la Unión del Centro Democrático (UCEDE) y Recrear Para El Crecimiento (RECREAR).
En Bolivia tiene afiliada a Acción Democrática Nacionalista (ADN); en Canadá, al Partido Conservador; en Chile, a la Unión Demócrata Independiente (UDI) y al Partido Renovación Nacional (RN), las dos tiendas del “pinochetismo sin Pinochet”; en Colombia, al Partido Conservador; en Ecuador, al Partido Social Cristiano; en El Salvador, a la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA); en Guatemala, al Partido Unionista (PU) y al Partido de Avanzada Nacional (PAN); en Honduras, al Partido Nacional (PNH); en Nicaragua, al Partido Conservador; en Panamá, al Partido Panameñista 1939-2008; en Paraguay, al MDR (Movimiento de Dignidad Republicana, Partido Colorado); en Perú, al Partido Popular Cristiano (PPC); en República Dominicana, al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y a la Fuerza Nacional Progresista (FNP); y en el país de Hugo Chávez, a Proyecto Venezuela.
Están en proceso de ingreso el DEM de Brasil y otro partido derechista de Uruguay, todavía no identificado en su página web, donde antes figuraba también el Partido Integración Nacional de Costa Rica, que desapareció misteriosamente del listado. El Partido Panameñista está en una suerte de limbo, pues el sitio web UPLA no indica si está afiliado o es un mero observador: sólo aparece el nombre de su líder -¿o dueño?-, el empresario Juan Carlos Varela, actual Vicepresidente de Ricardo Martinelli (del Partido Cambio Democrático). Curiosa y, quizás, maliciosamente, en la identificación del Partido Social Cristiano de Ecuador los diseñadores del web site de la UPLA utilizan una imagen muy parecida a un Rafael Correa bastante joven y del tamaño de una estampilla (7).
Mientras la derecha posee dos organizaciones partidarias intra-latinoamericanas y la izquierda no tiene ninguna, la inclinación pragmática en Chile por el “mal menor” -Eduardo Frei- cala hondo en la izquierda local e hizo cobrar vigencia a la célebre frase de Christhopher Morley recordada por la revista Punto Final: “En política siempre debemos optar entre dos males”. La UPLA encarna un “eje internacional del mal” conectado directamente a Washington.
Notas:
1) EEUU y Canadá comparten información nacional desde que en 1958 se creó el NORAD (Comando Aeroespacial Norteamericano de Defensa), acuerdo binacional para proporcionar advertencias y controles aeroespaciales a América del Norte que ahora integra sus estructuras militares de comando, inmigración, aplicación de la ley civil y recolección de inteligencia compartida bajo el nuevo paraguas del NORTHCOM, Comando Norte de EEUU.
2) Ver: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/12/14/AR2009121402990.html
3) Ver El Mercurio, 27 de octubre de 2009:
http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id={8306970a-4711-4971-8d19-4d61121bc1b4}
4) http://alainet.org/active/26248&lang=es
5) Ver http://upla.net/
6) Ver http://spanish.peopledaily.com.cn/31617/6841708.html
7) Ver http://upla.net/
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